Conocer la obra de Efraín Huerta fue una revelación. Lo sigue siendo. Mi alma no es tan sensible como para escribir poesía, ni siquiera para apreciarla en su real dimensión. He leído –poco, realmente- de los Contemporáneos, de algunos poetas del Siglo XIX, de los Estridentistas, Octavio Paz, Jaime Sabines y José Emilio Pacheco. De poesía de otras lenguas u otros países, he leído menos. Lo acepto.
Y quizá se deba a mi falta de conocimientos en la materia, o a mi sensibilidad más cercana a lo intenso que a lo exquisito, no lo sé, pero siempre que me preguntan por mi poeta favorito, no dudo un segundo: Efraín Huerta.
Lo conocí cuando era adolescente (me refiero a su obra) y como casi todo lo que me gusta, vino de la mano del rock y del azar. Entonces yo era un puberto que leía el Conecte –que gran nombre, por cierto- y en una sección que dedicaban a la creación poética de los rockeros nacionales, Armando Vega Gil o Federico Arana, (no lo recuerdo muy bien), alguno de ellos citó los poemínimos de Huerta, refiriéndolos como una influencia en su obra (el primero pertenecía a Botellita de Jeréz, el segundo a Naftalina).
La curiosidad se encargó de lo demás. Me acerqué a mi maestra de Español en la Secundaria y su mirada y su sonrisa cuando escuchó el nombre de Efraín Huerta, terminaron por convencerme.
En ese entonces, aún gustándome la lectura, desde mi percepción de adolescente, todo lo que fuera poesía tenía el tufillo de lo solemne y lo edificante, de lo grandilocuente y jactancioso. Pero entonces me encuentro con algo como esto:
Y quizá se deba a mi falta de conocimientos en la materia, o a mi sensibilidad más cercana a lo intenso que a lo exquisito, no lo sé, pero siempre que me preguntan por mi poeta favorito, no dudo un segundo: Efraín Huerta.
Lo conocí cuando era adolescente (me refiero a su obra) y como casi todo lo que me gusta, vino de la mano del rock y del azar. Entonces yo era un puberto que leía el Conecte –que gran nombre, por cierto- y en una sección que dedicaban a la creación poética de los rockeros nacionales, Armando Vega Gil o Federico Arana, (no lo recuerdo muy bien), alguno de ellos citó los poemínimos de Huerta, refiriéndolos como una influencia en su obra (el primero pertenecía a Botellita de Jeréz, el segundo a Naftalina).
La curiosidad se encargó de lo demás. Me acerqué a mi maestra de Español en la Secundaria y su mirada y su sonrisa cuando escuchó el nombre de Efraín Huerta, terminaron por convencerme.
En ese entonces, aún gustándome la lectura, desde mi percepción de adolescente, todo lo que fuera poesía tenía el tufillo de lo solemne y lo edificante, de lo grandilocuente y jactancioso. Pero entonces me encuentro con algo como esto:
Cardenalicia
Yo
Soy
El poder
Detrás
Del
Coño.
Yo
Soy
El poder
Detrás
Del
Coño.
Poemas que evocaban lugares comunes y frases populares –algunas edificantes o moralinas- , pero totalmente poseídos de un espíritu trasgresor, burlón, cargados de veneno, pues. Pero de un dulce veneno, de lo que pude paladear años después como el sabor del alcohol, de los besos, de los cigarros y las carcajadas. Así que fui creciendo como adolescente y lector, y cada vez que algo de Huerta caía en mis manos, no dejaba de sorprenderme.
Al principio tuve la suerte que todas aquellas lecturas tenían una veta lúdica.
Entonces, madres, que conozco a La Muchacha ebria (en la vida real conocería muchas muchachas ebrias después, todas diabólicamente parecidas a la primera).
Y luego las declaraciones de amor y de odio. Y Esa sangre. Y a Los hombres del alba, de quienes me asumí como miembro.
Y así caigo en cuenta que cuando uno ríe debe reírse como un loco, que cuando uno sufre, debe desgarrarse el alma, y que se vale odiar y mentar madres.
Y caigo en cuenta que la poesía no es para todos (me refiero a su escritura) y que puede ser bella cuando es horrible.
Ayer 18 de junio, el maestro Efraín Huerta hubiese cumplido 96 años, (nació en 1914 y murió en 1982, el mismo año en que murió mi padre), y no se si el aparato institucional de la cultura en México haya preparado algo para homenajearlo.
Yo quisiera hacerlo. Y aunque este blog casi siempre sirve para un onanismo literario intrascendente, y para mi diversión, en esta entrega quiero ser muy serio y rendir un homenaje con toda humildad que me es posible para el maestro Efraín Huerta; con la esperanza que todo aquel que caiga por aquí se de la oportunidad de leer o releer a un gran poeta mexicano y universal. Yo simple y sencillamente, me convertí en lector y escritor por él (así que ya saben a quien reclamarle). Por ello me permito citar un poema de su autoría, titulado con una frase que me encanta, a manera de tributo.
Perra nostalgia
Para David Huerta
Perra nostalgia danza
croa, barrita, ladra
ancha elefanta pareja
para parar las almas
de cabeza
Cabecear
llamear la cara espalda
de la noviecita santa
en la húmeda banca
de san Sebastián
Decirle me amas y me ama
porque a todos nos ama
carambola dorada
de tres bandas
Amada
falda larga bocaza roja,
brasero en Justo Sierra
y en san Ildefonso
Besada excelsamente
en la matiné del Goya
luego manoseada
avaramente atrincherada
abeja reina madre
antorcha adolescente
Estaba en el primer libro
de Rafael Solana
en el primero de Octavio
Se conspiraba se era pobre
se empururaba la poesía
porque queríamos ser
recelar masturbar el viento
aromar la algarabía
al pie de los murales
de Siqueiros y Orozco
Vagar
estudiar
criminalmente
Al principio tuve la suerte que todas aquellas lecturas tenían una veta lúdica.
Entonces, madres, que conozco a La Muchacha ebria (en la vida real conocería muchas muchachas ebrias después, todas diabólicamente parecidas a la primera).
Y luego las declaraciones de amor y de odio. Y Esa sangre. Y a Los hombres del alba, de quienes me asumí como miembro.
Y así caigo en cuenta que cuando uno ríe debe reírse como un loco, que cuando uno sufre, debe desgarrarse el alma, y que se vale odiar y mentar madres.
Y caigo en cuenta que la poesía no es para todos (me refiero a su escritura) y que puede ser bella cuando es horrible.
Ayer 18 de junio, el maestro Efraín Huerta hubiese cumplido 96 años, (nació en 1914 y murió en 1982, el mismo año en que murió mi padre), y no se si el aparato institucional de la cultura en México haya preparado algo para homenajearlo.
Yo quisiera hacerlo. Y aunque este blog casi siempre sirve para un onanismo literario intrascendente, y para mi diversión, en esta entrega quiero ser muy serio y rendir un homenaje con toda humildad que me es posible para el maestro Efraín Huerta; con la esperanza que todo aquel que caiga por aquí se de la oportunidad de leer o releer a un gran poeta mexicano y universal. Yo simple y sencillamente, me convertí en lector y escritor por él (así que ya saben a quien reclamarle). Por ello me permito citar un poema de su autoría, titulado con una frase que me encanta, a manera de tributo.
Perra nostalgia
Para David Huerta
Perra nostalgia danza
croa, barrita, ladra
ancha elefanta pareja
para parar las almas
de cabeza
Cabecear
llamear la cara espalda
de la noviecita santa
en la húmeda banca
de san Sebastián
Decirle me amas y me ama
porque a todos nos ama
carambola dorada
de tres bandas
Amada
falda larga bocaza roja,
brasero en Justo Sierra
y en san Ildefonso
Besada excelsamente
en la matiné del Goya
luego manoseada
avaramente atrincherada
abeja reina madre
antorcha adolescente
Estaba en el primer libro
de Rafael Solana
en el primero de Octavio
Se conspiraba se era pobre
se empururaba la poesía
porque queríamos ser
recelar masturbar el viento
aromar la algarabía
al pie de los murales
de Siqueiros y Orozco
Vagar
estudiar
criminalmente
Vagar ahora
vagancia elefanta
cocodrila de dieciséis patas
Cafetear en el café
del chino Alfonso
y sabiamente huir
beber absurdamente
como asnos en celo
Danzar la perra danza
(Preparatoria Nacional)
mentársela a Kelsen
(Escuela de Derecho)
y emprender la fuga
decisiva
con pasos de tezontle
y un hambre endemoniada
La Poesía es una santa
laica
liberalmente emputecida
hasta el cansancio.
19 de febrero de 1971
Maestro Efraín Huerta, usted sigue siendo un chingón y se le extraña.
vagancia elefanta
cocodrila de dieciséis patas
Cafetear en el café
del chino Alfonso
y sabiamente huir
beber absurdamente
como asnos en celo
Danzar la perra danza
(Preparatoria Nacional)
mentársela a Kelsen
(Escuela de Derecho)
y emprender la fuga
decisiva
con pasos de tezontle
y un hambre endemoniada
La Poesía es una santa
laica
liberalmente emputecida
hasta el cansancio.
19 de febrero de 1971
Maestro Efraín Huerta, usted sigue siendo un chingón y se le extraña.
1 comentario:
Beso recebido y reforwardeado, Juliet.
Si estuve dando clases, pero como profesor adjunto, en Discurso Audiovisual (era muy divertido).
Y aunque a veces tenga mis momentos de lucides, la mayor parte dle tiempo soy un adolescente de 30 años (le llaman en sindroma de Peter Punk).
Beso
Publicar un comentario