sábado, diciembre 30

Felíz año nuevo, Caifanes

En la imagen, algunos miembros de la banda de culto Varsovia 54, el héroe de este blog, el mismísimo Dandy Serie B y un conspicuo sujeto conocido como "el Mike", sorprendidos en un conato de bronca en las inmediaciones de conocido centro nocturno de Bolivar esquina con 16 de Septiembre en la posada (de lanza) de Rock 101 (DRAMATIZACIÓN).

1

La palabra Caifán se refiere a ciertos batos que suelen ser a toda madre y que por ello te caen bien. No recuerdo en qué película tintanesca hay una frase que dice más o menos: "Ese carnalito me cae fine, o sea, es mi "Cai-fán".

2

La película "Los Caifanes", de Juan Ibañez no tiene madre, y precisamente se refiere a la amistad, a los bróders (que no los brothers), los carnales, los amigos, aquellos cabrones con quienes te la pasas de lo lindo chupando, echando desmadre y haciendo pendejadas. Por cierto, su acción tiene lugar en una noche de fin de año.

3

El grupo de rock mexicano "Caifanes" tampoco tenía madre. Es una pena que hayan terminado rompiéndose las medias para desintegrarse y metamorfosearse en "Jaguares". Los adeptos de Saúl Hernández dirán misa, pero la palabra, o el símbolo del "Jaguar", por muy poético que sea, no le llega a los talones al caló ya referido: el "Caifán", que en cristiano no es otra cosa que el malviviente, el cabrón a quienes las señoras le tienen miedo, pero los demás los admiran; el chingón, el que se la rifa, el que se rompe la madre por los carnales (quizá este parrafo este muy laberíntico-solitario, me vale madre). El padrote buena onda, pues. Por ello, el nombre de Los Caifanes es de los mejores que una banda de rock mexicana haya podido tener, ya por las ascepciones pachuquescas, la película (cuyos coqueteos con la muerte también son muy chingones) y por la leyenda negra que rodeaba a los sujetos que eran conocidos con ese término.

4

Este año, la pasé muy bien con mis valedores, a todos ellos les mando un afectusos y caifanesco abrazo de año nuevo.

5

Sospecho que este año que comienza va a ser duro, quizá difícil, y eso no se cómo se traduzca para la fauna nocturna de la que formo parte, por ello me permito dedicarles a mis amigos y a mi mismo, una bonita canción, pletórica -según yo- en metáforas del acto de beber alchol y fumar de la chillona ¿De quién es? Pos de Los Caifanes!

Carnales y sisternas, no dejemos que nos coma el diablo.

6

Cuando veo a través del vaso
veo a través del tiempo,
donde los sentidos se dislocan,
donde los temores se evaporan.
Y aprovecho para desdoblarme,
para salir del vaso.
Con las paredes sudo tu rastro
con la memoria busco tu rostro.

Y no sé por qué,
no me importa saber por qué.

No dejes qué . . .
nos coma el diablo amor
que se trague tu calor
que eructe mi dolor.

Cuando veo a través del humo
me voy volando y tú eres mi guía
entre los mundos nos haremos viejos
donde algún día estaremos tranquilos.

Y no sé por qué,
no me importa saber por qué.

No dejes qué . . .
nos coma el diablo amor
que se trague tu calor
que eructe mi dolor.
No dejes qué . . .
nos coma el diablo amor
que se trague tu calor
que eructe mi dolor.

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