martes, febrero 7

Santo contra el Abuelo Munster

-Miren reinas, ese que viene llegando es mi amigo Al Lewis, quiero que lo reciban como se merece.
-Pero que hombre tan elegante!

El pasado cinco de febrero no solo celebramos la promulgación de nuestra Carta Magna. Paréntesis, el Dandy Private Hell Club sesiona en la decadente Ciudad de México, por lo tanto, por Carta Magna, me refiero a la Constitución Política de este país que me vio nacer y me verá morir, (en bastantes años, espero). ¿Acaso creían que por ser un ángel caído, soy un apátrida? Pues no señores, soy mexicano. Eso si, no soy patriota ni chovinista, más bien, como diría el maestro José Emilio Pacheco “No amo a mi patria…”.
Continuó. Amen de la promulgación de la Constitución, el cinco de febrero cobró importancia en la rotonda de hombres ilustres de mi corazón por otro acontecimiento: el 22 aniversario luctuoso de Rodolfo Guzmán Huerta, que en este mundo de mortales llevara el sagrado alias de “Santo, el Enmascarado de Plata”, luchador, cazador de bestias, y por si fuera poco, agente secreto. No se si la fecha amerite celebración, ya que es luctuosa. Pero creo que si merece recordarse. Pésele a quien le pese, El Santo fue la última estrella del delirante y entrañable cine mexicano. Y su muerte, si bien significa un episodio doloroso para sus admiradores, es también la fecha que marca su canonización como héroe cinematográfico de culto.
Y ya que hablamos de héroes de culto, no podemos soslayar que el viernes pasado, 3 de febrero, Al Lewis, mejor conocido como el Abuelo Munster, rindió cuentas al creador, o a quien tengan que rendir cuentas los vampiros cuando se van definitivamente al otro mundo.
Esperamos que Fred Gwynne (adorado Herman Munster, quien se le adelantó años há) y el Santo le reciban con los brazos abiertos, en medio de murciélagos y angelitos de plástico sostenidos con alambres. En blanco y negro, por supuesto. ¿Y porqué no? Con unas edecanes a go go también.
Prometo solemnemente -con mi ponzoñoso corazón en la mano- bailar el tema del programa de La Familia Munster desde mi laboratorio de cartón piedra, acompañado por la mujer que construyo clandestinamente, a manera de homenaje.
Pues si, no solo de literatura y dramas pasionales vive este hombre, por algo me bauticé como Dandy Serie B.

2 comentarios:

becks dijo...

Definitivamente el santo marco la infancia de todo niño mexicano, sin televisión por paga, y me incluyo en dicha lista de placeres instantáneos; al deleitarme con el santo luchando enmascaradamente contra las peligrosisimas momias de Guanajuato . Pero debo confesar un terrible pecado, vi al santo sin mascara.
Es un sufrimiento que ni yo me lo perdono, culpo en totalidad al ser humano, que un día se dijo ser mi amigo, pero con toda intensión quebranto el misticismo de mi tan amado SANTO.

Rogelio Flores dijo...

Perdón por responder hasta hoy, pero cómo habrás notado, ya no publico nada en el blog hace un buen. Yo amo al Santo profundamente, a ver cuando intercambiamos opiniones, Saludos.